¿Por qué la pandemia durará hasta 2022?

Esta semana, el país volvió a registrar una de las cifras más bajas en el reporte de casos diarios con 952 contagios. Escenario que es interpretado por muchos como el fin de la pandemia y el regreso absoluto a la normalidad.

Espejismo similar ya vivieron otros países que en este momento padecen o están saliendo de un cuarto pico, como es el caso de Israel o Estados Unidos.

A pesar de la aparente calma epidemiológica en Colombia, voces científicas han alertado con insistencia en que no es el momento de bajar la guardia, que la pandemia no ha terminado y que la probabilidad de un cuarto pico es real.

Dichas advertencias, a las que ya estamos acostumbrados y que han resultado ser muy certeras, provienen de la entidad científica que más conoce sobre el Covid-19 en el país, el Instituto Nacional de Salud. EL Tiempo le preguntó nuevamente a expertos de esta entidad, cuáles son los posibles escenarios futuros para Colombia y cómo realiza estas estimaciones y esto nos contó.

“Mucho antes de ingresar los primeros casos en Colombia, el INS realizó el primer modelo matemático para el país con los datos de Wuhan y el crucero Diamond. Ese modelo se fue afinando con el tiempo, en la medida que disponíamos de más datos nacionales y se construyó finalmente el Modelo Colombia, que todos conocen y esta publicado. Se trataba de un modelo SIR (Susceptible, Infectado, Recuperado). Con este modelo de la pandemia en Colombia, se estimaron los escenarios que permitieron calcular cada uno de los picos que sucedieron e incluso relacionarlos con las circunstancias contextuales que ocurrían en cada momento en el país, con el se tomaron decisiones como hacer la cuarentena, adoptar medidas locales y por supuesto, soportó la declaratoria de emergencia en salud pública.”, relata la directora del INS, Martha Lucia Ospina.

Paralelamente al modelado, entre los meses de septiembre y diciembre del año pasado, el país tomó una foto para  conocer el porcentaje de la población que ya tenía rastros de haber estado infectada hasta ese momento. Esto se llamó estudio de seroprevalencia. 

Establecer ese porcentaje de afectación, era fundamental para ajustar el modelo y para lo que seguía hacia adelante. La medición mostró las diferencias en los niveles de contagio por ciudades, porcentaje que se actualiza semana a semana, mediante proyecciones estadísticas a partir de los fallecidos y así mismo, la dinámica de trasmisión, permitió prever que en pocos meses, el país debía migrar al uso de un modelo más complejo, que integrara todas las nuevas circunstancias como: los diferentes porcentajes de afectación por ciudades, la aplicación de las vacunas, la circulación de linajes con diferentes capacidades de trasmisión y la mortalidad diferencial por grupos etáreos.

Uno de los productos derivados del estudio de seroprevalencia fue además, conocer la primera distribución geográfica de los linajes que circulaban en el país.

En junio de este año, se adopta entonces el uso de un nuevo modelo de microsimulación, más robusto desde el punto de vista de la cantidad y calidad de los datos, para estimar las nuevas proyecciones de la pandemia en el país. Carlos Castañeda, director del Observatorio Nacional de Salud (ONS) del INS, explica “ese nuevo modelo reproduce una mayor cantidad de estados de la infección, es decir pasamos de tres estados (susceptible, infectado y recuperado), a un modelo con 9 estados, que además de los tres ya mencionados, incluye expuestos, asintomáticos, hospitalizados, UCI, secuelas y muerte. La consideración de esos estados, le permite al modelo incluir nuevas variables de análisis como son: el efecto de las nuevas variantes y el riesgo de infección, el efecto de la vacunación ajustado por la cobertura en los diferentes grupos de edad; y la efectividad de las vacunas contra infección, gravedad y muerte por el virus, teniendo en cuenta la evidencia generada por Colombia y la internacional”

La microsimulación utilizada por el INS permite estimar, día a día, cuántas personas se encontrarían en los diferentes estados de acuerdo con su edad, la distribución de las variantes circulantes y la cobertura y rapidez con la que se esté vacunando. De esta manera, el modelo es capaz de proyectar escenarios dependiendo del ingreso de las nuevas variantes o cambios en la velocidad de vacunación o en la efectividad de las vacunas que se estén utilizando.

Las estimaciones que arroja el modelo se validan con el histórico de casos de sintomáticos y fallecidos reportados por el SIVIGILA, así como la información que entrega el Ministerio de Salud sobre proporción de casos hospitalizados o que requieren UCI y su ocupación diaria, es decir cuántas camas de estos servicios están siendo utilizadas diariamente. 

Esta microsimulacion “nos ha permitido establecer los dos factores determinantes de los posibles desenlaces de la epidemia en el país”, agrega Carlos Castañeda, al afirmar que la posibilidad de un nuevo pico depende de: primero;  la velocidad de propagación del contagio, que tiene que ver con que tanto las personas cumplan las medidas de protección personal, las medidas puntuales para incentivar el uso de tapabocas y vacunación que se acojan en cada ciudad y del estudio y cierre de las cadenas de contacto de cada caso positivo; y segundo, de la velocidad de vacunación, es decir  que se logre alcanzar al menos el 70 por ciento de cobertura de vacunación en la población total, en el mes de diciembre.

Teniendo en cuenta el comportamiento de estos dos factores, los escenarios probables para Colombia, expone el INS, son: 

Escenario 1, el menos deseable: La mezcla de una baja adherencia de medidas individuales de protección con bajo ritmo de vacunación o personas dentro de la población, que deciden no vacunarse.

En ese caso, tendríamos un pico epidémico que podría superar el tercer pico en cuanto a número de contagios, lo que no se superaría es el número de muertes diarias reportadas en ese pico epidémico, esto, gracias al efecto de las vacunas.

Escenario 2, el más deseable: La mezcla de alta adherencia de medidas individuales de protección  y buen ritmo de vacunación.

En ese caso, el pico sería menor en cuanto a número de casos y  en fallecidos, muy similar o con valores un poco por encima de los que se están registrando actualmente.

Al preguntarle a los expertos, qué podría alterar los dos escenarios previstos, la respuesta la da Marcela Mercado, directora de investigación en salud pública del INS, quien nos ayuda a comprender porque el comportamiento de las variantes del virus  podrían alterar la ecuación.

“Los virus mutan naturalmente y lo hemos evidenciado en esta pandemia donde han aparecido diferentes linajes o variantes que han complicado el panorama. Primero porque cada linaje trae consigo nuevas mutaciones, muchas veces relacionadas con aumento de la capacidad de contagio o relacionada con la capacidad de evadir, en algún porcentaje, la inmunidad que una persona ya ha adquirido por haber tenido la infección o haberse vacunado. Ambas capacidades las utiliza el virus para mantenerse activo y mantener la dinámica de contagio en la población”.

De ahí, como lo explica Mercado, la importancia de la labor de vigilancia y estudio del comportamiento de los linajes, ya que aunque un linaje u otro tengan características similares  y capacidades similares como ser consideradas variantes de interés o de preocupación, no necesariamente esto hace predecible su comportamiento e impacto en la epidemia en un determinado país, región o momento.

Es por esta razón, que la estrategia de vigilancia genómica que lidera el INS, tiene un componente probabilístico que permite generar datos precisos sobre el porcentaje de participación de cada una de las variantes que circulan en Colombia y su relación con los diferentes momentos de la epidemia. 

De tal manera, que la evidencia que se genera a partir de la vigilancia genómica repercute directamente en el  modelo y en la proyección de los escenarios posibles de la pandemia, ya que como afirma la directora de investigación del INS “en un momento dado, el porcentaje de participación de una variante u otra puede afectar la velocidad de transmisión del virus, que es lo que se conoce técnicamente como el RT”.

Situación evidenciada durante el tercer pico en donde la variante Mu mostró su predominancia con un alto porcentaje de participación, que según el estudio probabilístico del INS con corte a junio de este año, fue del 53 por ciento. Ahora bien, teniendo en cuenta que las variantes son el tercer factor clave, la pregunta a hacerse es ¿cuáles serían los posibles escenarios del país con la dinámica que en los próximos meses muestre el comportamiento de las variantes.

Según Marcela Mercado,  los resultados del último informe probabilístico del INS, con corte al 15 de septiembre, “nos permiten concluir que Mu; por la competencia que hace con las variantes nuevas que ingresan al país, como delta y la velocidad de trasmisión que se le pudo ya demostrar, mantendrá porcentajes similares de predominancia al menos cinco meses más, tiempo en el cual delta probablemente llegue a ser dominante, aquí hay que recordar que se trata de un promedio, algunas ciudades podrían llegar antes a esta situación. Esta situación  dependerá también, de la rapidez de la vacunación y del mantenimiento de las medidas de protección individuales para evitar al máximo ser contagiado, también dependerá  de la aparición de linajes más agresivos”.

Para Martha Ospina, directora del INS, la gran conclusión es que “esta mezcla de probabilidades es la que permite vislumbrar que el agotamiento de la epidemia se daría alrededor del mes de junio del año 2022. Agotamiento que estaría dado porque se vacunó y se contagió mucha gente y porque los linajes en sus sucesivas combinaciones alcanzan en algún momento una relativa “estabilidad” del virus”.