En emergencia sanitaria, la vida brilla para un joven de 19 años

Bogotá, 12 de abril del 2020.

 

En tiempos de pandemia, dos equipos de trasplantes desde ciudades distintas y con la coordinación del Centro Regulador de Trasplantes del INS llevan un corazón a su destino.

 

Es viernes diez de abril. Son las 6:48 p.m y acaba de iniciar un viaje por la vida. Un corazón de un donante desconocido llegará a un receptor desconocido en Bogotá.

Sí, en época de pandemia, en plena emergencia sanitaria, con intensivistas, bacteriólogos, enfermeros, médicos de urgencias, microbiólogos, virólogos y epidemiólogos yendo contra reloj y en contravía de sus propios deseos personales, viven otra vida, la de ganarle la carrera a un virus respiratorio, microscópico, veloz y que amenaza la capacidad respiratoria de quien es contagiado.

Así en medio de esa pintura, un nuevo destello se asoma. Otros médicos y profesionales de la salud dedicados a la gestión de donantes y el trasplante de órganos, buscan con esmero traer en buen estado un corazón, la única alternativa de vida para un joven de 19 años.

Son las 7:11 p.m., "en veinte minutos llegaremos a Bogotá y de allí hasta una clínica, en donde el trasplante iniciará ahorita", relata Yazmin, coordinadora del Centro Regulador de Trasplantes del INS.

Los equipos de trasplantes y

médicos de donación ya están dispuestos. Esperan la llegada del órgano. Viene de una ciudad lejana, para darle tal vez la única oportunidad de vida a un joven, que se encontraba a la espera y en urgencia cero en Bogotá. "Así decimos, cuando se trata de una persona que si no recibe, de inmediato, el órgano que necesita, va a perder la batalla", relata Yazmin.

Son las 10:00 a.m. del sábado 11 de abril. A esa hora los laboratorios del país están concentrados en avanzar en la lectura de miles de muestras para el diagnóstico de SarsCov-2. Mientras tanto, Yazmin hace una llamada para celebrar la vida: "al paciente le fue muy bien en el trasplante anoche".

Ahora son las 7:30 de la noche, las noticias desde el Hospital Militar no son tan buenas, un médico anestesiólogo e intensivista, el doctor William Gutiérrez, amigo cercano de nuestra Red Nacional de Donación y Trasplantes, ha perdido la batalla contra la Covid-19 en una Unidad de Cuidado Intensivo.

Es un día agridulce para el equipo del Instituto Nacional de Salud y de nuestra Red. Dos profesionales de la salud han ingresado a la lista de vidas perdidas en la pandemia.

Una de esas vidas es la de William. "Ya no lo tendremos con nosotros, médico, profesor y amigo. Ya no estarás en nuestras charlas y capacitaciones a los coordinadores operativos de la red de donación, nos harás falta. Buen viaje", dice Yazmin con nostalgia.

Aún es 11 de abril, cien vidas se han ido y una ha vuelto a nacer. La de un joven de 19 años, que late con su corazón nuevo desde hace más de diez horas.

Hay un destello de luz en la pintura, una nueva esperanza de vida en tiempos de pandemia.


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