Taller regional para el fortalecimiento de la vigilancia de los hantavirus y arenavirus del nuevo mundo en las américas

Colombia participó junto a la OPS en el fortalecimiento de sus capacidades para la vigilancia del hantavirus y arenavirus.

Las enfermedades emergentes y reemergentes son un gran desafío para la seguridad sanitaria regional y mundial. El plan estratégico de la OPS enfatiza el compromiso de apoyar a los estados miembros en el fortalecimiento de sus mecanismos de vigilancia y respuesta a epidemias, incluido el componente de laboratorio.

Los hantavirus, aunque normalmente se transmiten entre roedores, pueden propagarse e infectar a los humanos. Afectan distintas especies de roedores en todo el mundo, ocasionando una infección crónica, asintomática, no letal y con diseminación del virus en múltiples órganos. La enfermedad en humanos se presenta como la fiebre hemorrágica con síndrome renal (FHSR), en Euroasia (viejo mundo) y el síndrome pulmonar por hantavirus (SPH) en América (nuevo mundo). Se han documentado brotes humanos desde 1993 en adelante en la región de las Américas. El síndrome pulmonar por hantavirus (SPH), ha sido descrito en los últimos años en Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Ecuador, Panamá, Paraguay, Estados Unidos de América, Uruguay y Venezuela.

Es una enfermedad inespecífica, aguda, altamente letal, caracterizada por una fase prodrómica de corta duración (4 a 6 días en promedio), cuyos signos y síntomas más frecuentes son fiebre, mialgias (particularmente de grupos de grandes músculos, como los de los hombros, los muslos y la zona baja del dorso), cefalea, astenia, acompañada de escalofrío, náuseas, dolor abdominal, vómitos y diarrea. 

Durante esta fase, las manifestaciones son semejantes a las de otras enfermedades infecciosas (por ejemplo: influenza, virosis respiratorias, etc.), por lo que los exámenes de laboratorio y la ausencia de algunos signos y síntomas (erupciones, conjuntivitis, sinusitis, otitis, rinorrea, faringitis exudativa y artritis, en la exploración física, se detectan estertores o signos de derrame pleural) permitiría diferenciar entre el SPH y otros síndromes virales agudos. Le sigue la fase cardiopulmonar, que se caracteriza por la aparición súbita y rápida de tos, disnea, taquicardia, hipoxemia, taquipnea, insuficiencia respiratoria e inestabilidad hemodinámica, edema pulmonar no cardiogénico, hipotensión e insuficiencia cardio-respiratoria, con desenlace fatal en el 40 al 50% de los casos.

Las incursiones humanas en ambientes selváticos previamente no cultivados pueden conducir a nuevos y mayores contactos con reservorios de roedores. En América del Sur, los vínculos entre el cambio climático y los brotes de hantavirus no se han estudiado bien, pero es probable que los climas y ecosistemas cambiantes aumenten la probabilidad de transmisión entre roedores y humanos dado que la dinámica de la población de roedores se ve afectada por los cambios estacionales del clima y el cambio climático a gran escala incluyendo eventos como El Niño.


Fiebre hemorrágica por arenavirus

En las Américas, se han notificado casos de fiebre hemorrágica y brotes causados por arenavirus, también transmitidos por roedores, en Argentina (virus Junín), Bolivia (virus Machupo y Chapare), Brasil (virus Sabiá) y Venezuela (virus Guanarito).

Los arenavirus causan infección crónica asintomática en varias especies de roedores alrededor del mundo. Cuando los humanos entran en contacto con materiales contaminados con excretas de estos animales puede generarse la infección con estos virus, que en algunos casos producen enfermedades severas como fiebres hemorrágicas.

Se clasifican en dos grandes grupos: arenavirus del Viejo y Mundo y del Nuevo Mundo. En el primer grupo, se encuentra el virus de coriomeningitis linfocítica que rara vez produce enfermedad fatal. Pero también en el primer grupo se encuentra el virus Lassa, causante de fiebre hemorrágica en algunas regiones de África. Los virus patógenos de humanos descritos en América han estado relacionados también con fiebres hemorrágicas.

La fiebre hemorrágica por arenavirus afecta generalmente a población rural, predominantemente agricultores dado el riesgo de exposición. La infección por arenavirus del Nuevo Mundo tiene un comienzo insidioso con manifestaciones inespecíficas como fiebre, malestar general, cefalea, artralgias, mialgias, vómito, diarrea. Hacia el cuarto día de evolución se pueden presentar petequias, equimosis, leucopenia y trombocitopenia acentuada, epistaxis, dolor abdominal. En los pacientes que cursan con una evolución tórpida hacia la gravedad, con sangrado por los sitios de venopunción, tos, taquipnea dificultad respiratoria, hemorragias profusas por orificios naturales, hematemesis, melena, metrorragia