El accidente ofídico es un evento rural, de ahí la importancia que las Entidades Administradoras de Beneficios en zonas rurales y rurales dispersas cuenten con antivenenos dentro de su red de prestación de servicios.
En Colombia, en promedio cada año 4.500 accidentes ofídicos son notificados al Instituto Nacional de Salud, INS, es decir que por cada 100 mil colombianos, entre 8 y 10 tienen el riesgo de sufrir un accidente ofídico, y menos del uno por ciento de los accidentes que se presentan pueden ser letales. Si bien estas cifras son relativamente bajas y son pocas las serpientes de importancia médica en el país, cuando ocurre un accidente ofídico con una serpiente de tipo venenosa se debe acudir en el menor tiempo posible a un hospital o centro médico cercano. De ahí la importancia, de que las Entidades Administradoras de Planes de Beneficios, EAPB, y su red de instituciones prestadoras de servicios de salud con sus gestores farmacéuticos mantengan un stock de antivenenos que garantice la disponibilidad y acceso por parte de un paciente, una vez éste ingrese la IPS o punto de atención en salud. En los casos de envenenamiento, la medida más
efectiva es la administración oportuna de antiveneno.
“Todos los antivenenos están financiados por el sistema de salud.Tenemos normatividad clara sobre la responsabilidad de garantizar los antivenenos”, dice Diana Pava, médica toxicóloga del INS. Giovanny Rubiano García, director general del INS, pidió a EAPB, secretarías de Salud, y red de instituciones prestadoras de servicios de salud en todo el país, en zonas rurales, incluso en Bogotá, garantizar la disponibilidad de antivenenos: “Muchos de los accidentes ofídicos que ocurren en municipios cercanos u otros son atendidos en la capital. Así que la disponibilidad de los medicamentos contra el accidente ofídico debe garantizarse en todo el territorio nacional”.
Actualmente el Decreto 386 de 2018 y Circular 048 de 2022, son el marco normativo para que las EAPB, las secretarías de salud y sus redes de instituciones prestadoras de servicios de salud, mantengan la disponibilidad de antivenenos en el país. El Instituto Nacional de Salud es el único oferente público de sueros antiofídicos polivalentes que cumplen con buenas prácticas de manufactura y registro sanitario del INVIMA.
Por lo tanto, Colombia cuenta con antivenenos de calidad para contrarrestar y neutralizar los venenos de la variedad de serpientes colombianas que han sido además comprobados por su seguridad, eficacia y poder neutralizante, dice Maria Carlina Castillo, coordinadora de la planta de producción de antivenenos ofídicos del INS.
Según cifras del INS, en lo corrido de 2024 han sido notificados 1.546 accidentes ofídicos, de los cuales 17 proceden del exterior y 1.529 ocurrieron en territorio colombiano. “Esto quiere decir que, en promedio, por semana, tenemos una notificación de cerca de 100 casos, y la incidencia para el país es de 2.90 casos por cada 100 mil habitantes, según las proyecciones poblacionales del DANE”, dice Leonardo Gómez, referente del INS para la vigilancia del accidente ofídico.
Los departamentos que más casos notifican son: Antioquia, Córdoba, Norte de Santander, Meta, Cesar, Bolívar, Chocó y Caquetá, territorios que históricamente han tenido la presencia del evento y que son siempre los que aparecen en los primeros lugares en cuanto a número de casos. Respecto a la letalidad del evento, el porcentaje de fallecidos, en este momento está en 0.20%. En 2024, tres accidentes letales han ocurrido en los municipios de Chocó, Antioquia y Valle del Cauca.
Mónica Sarmiento, médica veterinaria del INS, explica que en el país existen aproximadamente 310 especies de serpientes, divididas en 9 familias de acuerdo con unas características biológicas y evolutivas, pero de estas, solo dos familias son de importancia médica. La primera de ellas es la familia Viperidae comúnmente llamadas víboras, que se distinguen por tener una cabeza triangular con escamas pequeñas y foseta loreal (foseta entre ojo y nariz), cuyo veneno tiene la
capacidad de ocasionar daño a los tejidos, necrosis y manifestaciones agudas. Dentro de ese grupo, las más conocidas son las del género Bothrops que popularmente y de manera general en Colombia, son conocidas como talla X, mapaná, cuatro narices, boquidorada o barba amarilla.
Estas serpientes causan en promedio el 80% de los accidentes ofídicos en el país. Hace parte de este mismo grupo, el género Crotalus, conocida como cascabel, que ocasiona cuando más el 1.5% de los accidentes reportados. La otra familia de importancia médica es la Elapidae, con su género Micrurus, conocidas como
serpientes corales, son más pequeñas, coloridas y con secuencias de anillos que abrazan su cuerpo. Estas serpientes no dañan los tejidos, pero paralizan de manera paulatina el sistema muscular. Después de una mordedura de coral, en el paciente no es evidente la inflamación, puede haber o no dolor y, las manifestaciones de parálisis pueden tener una ventana variable de presentación de minutos a varias horas . Estas serpientes son responsables del 1% de los
accidentes ofídicos en Colombia.
“Máximo el 20% de las serpientes colombianas son venenosas, no todas las mordidas derivan en un envenenamiento grave, sin embargo el cuerpo médico es el que determina acorde a los síntomas la severidad del accidente, en todo caso, es fundamental disponer del antiveneno”, dice Mónica Sarmiento, médica veterinaria. En cada muerte por accidente ofídico que es analizada por el equipo técnico del INS y, se han encontrado dos factores que persisten, el primero es la baja percepción del riesgo en la población, la consulta tardía, la implementación de prácticas no médicas y el tiempo de acceso a los antivenenos. Por lo general, el accidente ofídico es un evento de tipo rural disperso, es decir lejos de un punto de atención, y cuando el paciente ingresa puede no haber disponibilidad
del antiveneno o sus dosis no son completas acorde a la severidad del envenenamiento.
“Colombia está dividido en 38 entidades territoriales, es decir 32 departamentos y 6 distritos especiales. Hay zonas que cumplen con condiciones epidemiológicas que favorecen la existencia de serpientes, como selvas húmedas tropicales o zonas rurales por debajo de los 2.000msnm con amplia distribución de población dedicada a laborar la tierra, acorde a nuestros registros, la población que trabaja en agricultura es la población más afectada por el evento”, explica Leonardo Gómez referente de vigilancia del INS.
¿Qué hacer ante un accidente ofídico?
Mantener la calma.
Acudir con el paciente en el menor tiempo posible al hospital o centro médico
más cercano.
Describir al personal de salud toda la información posible sobre el accidente.
incluyendo datos de la serpiente que ocasionó el accidente.
Lavar la zona de mordida con agua y jabón.
Trasladar al paciente en camilla, evitar su movimiento.