Infección por Candida auris afecta principalmente a población hospitalaria con condiciones especiales de salud

A raíz de la desinformación que existe sobre la infección por Candida auris, el Instituto Nacional de Salud explica en qué consiste esta enfermedad producida por hongos, que afecta principalmente entornos hospitalarios. Es poco probable el contagio en otros ambientes, incluso piscinas.


Candida auris es un hongo que puede causar infecciones severas, pero como todos los hongos, es un agente infeccioso, oportunista, que suele afectar principalmente a pacientes en el entorno hospitalario que están gravemente enfermos e inmunodeprimidos. 

Y aunque algunos pocos hongos, como Candida auris, pueden causar infecciones severas, podemos estar en contacto todos los días con hongos, respiramos sus esporas, pero no todos los hongos causan infecciones, y por lo general los seres humanos tienen un sistema inmune capaz de protegernos de este tipo de 
microorganismos.

Patricia Escandón, microbióloga del Instituto Nacional de Salud, lo explica: “Candida auris es un tipo de hongo que afecta principalmente a personas con estancias prolongadas en el ámbito hospitalario. Este tipo de poblaciones siempre tienen riesgo de infección por hongos, bacterias y virus. Hay ocasiones en que los pacientes pueden tener infecciones muy severas que afectan órganos vitales y provocar infecciones generalizadas. Son este tipo de pacientes para los que es muy importante un manejo rápido y oportuno con antifúngicos. Cuando se está expuesto a una infección por hongos es muy importante identificarlos rápidamente, con un diagnóstico adecuado por laboratorio, para así tratarlos de forma oportuna”, dice la experta.

Giovanny Rubiano García, director general del INS, “en Colombia, gracias a los datos recopilados a través de las vigilancias por laboratorio desde el INS, se ha podido identificar que entre 2018 a 2022 se recibieron en el INS un total de 1.455 casos; la mayoría de estos en ambiente hospitalario, en otros no se pudo determinar”

Los factores de riesgo para las infecciones por Candida auris incluyen edad avanzada, diabetes mellitus, cirugía reciente, presencia de un dispositivo médico permanente (p. ej., catéter venoso central), un estado inmunodeprimido, el uso de hemodiálisis, un estado neutropénico, enfermedad renal crónica o el uso de 
antibióticos de amplio espectro y/o fármacos antimicóticos. 

Candida auris tiene la capacidad de colonizar piel y afecta zonas como las axilas y la ingle. También coloniza superficies próximas al paciente (infectado-colonizado) por periodos largos de tiempo, a pesar de los procesos de limpieza y desinfección rutinarios. Por lo que desinfectantes clorados son los recomendados para su erradicación.
 
Su especial interés desde el punto de vista de la salud pública es que ha mostrado ser un hongo resistente a los antifúngicos, fue descrita por primera vez en 2009 en Japón, su origen aún no se ha establecido, pero en el 2016, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Atlanta, CDC, publicaron una alerta clínica advirtiendo sobre la aparición internacional de infecciones por este hongo con altas tasas de mortalidad y desde allí se ha detectado la circulación de este microorganismo en más de 40 países de los seis continentes. 

Aunque la Candida auris puede desarrollarse al igual que otros hongos en distintos ambientes, también puede encontrarse en entornos comunitarios o en el agua, algo que es muy poco frecuente. Según datos del sistema de vigilancia por laboratorio del Instituto Nacional de Salud, los primeros brotes de Candida auris en el país datan de 2016 y se han reportado al menos en 18 entidades territoriales. Durante los años 2018 a 2022, un total de 1.455 aislamientos invasores de C. auris se notificaron principalmente en Bogotá (28,2%), Bolívar (20,1%) y Atlántico (18,0%).