Así trabaja el Instituto Nacional de Salud en la producción del primer antiveneno de escorpión


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Cuentan los expertos que los escorpiones son como fósiles vivientes. Su estructura es bastante similar a las especies que los precedieron hace 537 millones de años, y cuando un proceso evolutivo conserva tantas similitudes, es porque su anatomía y metabolismo han sido exitosos.

Aunque no superan los 15 centímetros, su veneno es poderoso y letal, sobre todo para menores de edad y adultos mayores; no obstante, aclaran, su picadura -más si se da en repetidas ocasiones- puede ser mortal para cualquier ser humano. 

Desde hace cuatro años, el grupo de animales venenosos del Instituto Nacional de Salud, INS, trabaja en la recolección de estas especies que proliferan en diferentes partes del territorio con el propósito de desarrollar el primer antiveneno producido en el país.


La última jornada se realizó entre el 14 y el 16 de octubre en Corrales, Boyacá, donde se logró la recolección de 240 individuos en la vereda Didamon, zona montañosa a las afueras del municipio.  

El aracnólogo Darío Hernando Gutiérrez Galvis, funcionario de este grupo que pertenece a la Dirección de Producción, asegura que son cuatro años de recolección, un proceso que les ha ayudado a entender mejor la distribución geográfica de estos arácnidos y el reconocimiento de sus poblaciones.

“Vamos haciendo simultáneamente la colecta con la intención del desarrollo del antiveneno, pero también nos ayuda a identificar las poblaciones y su distribución. En estos cuatro años hemos recogido una buena cantidad de veneno y hace unos meses las doctoras del Instituto, de la parte de bioquímica, hicieron un reconocimiento de sus componentes y han hecho muy buenas observaciones”, explica Gutiérrez Galvis.


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Con esto -dice el experto- ya se tienen definidas caracterizaciones del veneno, como su potencia, identificación de proteínas y otros componentes químicos que permiten avanzar en el desarrollo del antiveneno.

En cuatro años se ha logrado la recolección de unos 2.500 escorpiones, cuya mayor presencia se da en Huila, Cundinamarca, Tolima, Boyacá, Magdalena, La Guajira y Córdoba.

Según Gutiérrez Galvis, el interés de esta recolección se centra en las especies Tityus pachyurus (originaria del Brasil) y Centruroides edwardsii (originaria de México), escorpiones que representan el 35 y el 29 por ciento, respectivamente, de los accidentes (picaduras) al ubicarse en los departamentos con mayor densidad poblacional. 

Ambos tipos de escorpiones pertenecen a la familia Buthidae, conocida por ser la familia más extensa que existe en el mundo y también porque tienen una fuerte tolerancia a todo tipo de cambio ambiental drástico.

“Es la especie que más nos interesa porque hay otras familias de escorpiones que son muy delicadas, de manera que, si les secan el bosque, si se pierde ecosistema, si baja la cantidad de alimento, van muriendo”, señala.

La Tityus pachyurus, de hecho, puede pasar tres meses sin comer y hasta varios días sin agua. En el caso de las hembras, tienen iteroparidad, es decir, tienen la capacidad de reproducirse múltiples veces a lo largo de su vida y no ponen huevos, sino que, al igual que los mamíferos, son vivíparas y el desarrollo del embrión se da en su interior.

“Cada dos meses van liberando escorpiocintos que en su vientre llevan varios meses desarrollándose. Esa característica es increíble, porque pocos organismos en el mundo tienen esas posibilidades y, sin importar las condiciones del ecosistema, siempre están aportando crías”, manifiesta el aracnólogo.

Un veneno potente y especial

El veneno de los escorpiones se desarrolla de acuerdo a la presa. En una época del año, estos individuos pueden tener un veneno un poco más potente o más suave dependiendo de la especie a cazar, lo cual, en caso de accidente con un ser humano, puede resultar menos peligroso.

“Es importante saber la periodicidad de un veneno, que siempre va a ser peligroso con ellos, pero digamos que la potencia, o los casos extremos, cambian de acuerdo a la época del año que la persona haya sido picada, lo cual ayuda a saber cómo actuar para que esté bien y se recupere de la picadura”, menciona Gutiérrez Galvis.

Escorpión-en-luz-ultravioleta.JPGTodos los días hay en el mundo entre 50.000 y 100.000 picaduras de escorpión. Entre las recomendaciones, se debe tener en cuenta que lo hacen una primera vez a modo de alerta, que puede ser suave, pero que a medida que las picaduras se repiten, el veneno se hace más fuerte.

“Siempre la primera picadura corresponde a un veneno, entre comillas, suave, que al ser humano le produce encalambramiento, cae la presión sanguínea, hay resequedad, la boca puede experimentar sabor metálico; es una advertencia que el escorpión hace. Pero si de pronto el escorpión está metido en un zapato, o prenda y la persona al vestirse sintió la picadura y se demora quitándose la ropa, entonces inyecta el segundo veneno, uno mucho más concentrado en potencia, en toxicidad, y puede generar un efecto fatal en cualquier persona de cualquier edad”, aclara el experto.


Los miembros del grupo antiveneno aseguran que mientras el escorpión no se sienta amenazado, no ataca.

En cuanto a su alimentación, Carlos Antonio Castro Sandoval, zootecnista, especialista en nutrición y alimentación animal sostenible, explica que los escorpiones comen ciertos grupos de insectos.

“Ellos pueden cazar ciempiés, arañas y hasta otros escorpiones. Son un control biológico y eso es importante. Una tonelada de escorpiones controla 20 toneladas de insectos al año, lo que los convierte en un equilibrio medioambiental”, indica Castro Sandoval.

Este miembro del grupo antiveneno ha participado en 20 jornadas de recolección.


El misterio de su brillo

Uno de los motivos por los que la recolección de escorpiones se realiza en la noche es porque debido a la presencia de betacarbolina en sus cuerpos, estos arácnidos brillan cuando se les apunta con luz ultravioleta, lo que ayuda a su búsqueda en las noches sin luna.

Se debe tener en cuenta que son individuos fotofóbicos, por lo que en el día se esconden bajo piedras y ramas, razón por la que durante el día la búsqueda se hace mediante remoción de estos elementos para su ubicación.

Investigadores señalan que ese fenó meno de fluorescencia se presentaba en animales ancestrales a los escorpiones, pero que eran de origen marino. Aún no hay claridad de para qué funcionaba en ellos este fenómeno.

“Se pensaba que era para atraer insectos en las noches, pero un investigador norteamericano realizó pruebas pintando de negro a un grupo y descartó que su alimentación disminuyera considerablemente; otra opción, es que en la noche algunos animales pueden ver la radiación ultravioleta, pero no es algo confirmado. Lo que más se acepta en este momento es que él puede ver su cuerpo brillar y de acuerdo a la intensidad con que el cuerpo brille se puede esconder, porque detecta, de pronto, que si hay luna esa noche es más intensa la fluorescencia y se sentiría muy descubierto ante posibles depredadores”, explica Gutiérrez Galvis.

Durante las noches el equipo utiliza linternas con luz ultravioleta. El escorpión brilla entre las hojas secas y se puede ubicar con mayor facilidad.

Los escorpiones son dispuestos en recipientes de plástico donde se utilizan fragmentos de cartones de huevos para que se resguarden de la luz y puedan sufrir el menor estrés posible.

Luego de la clasificación de las especies bajo un estereoscopio, los escorpiones son llevados al aracnidario, ubicado en la hacienda Galindo del INS, donde se realiza el cuidado de las especies bajo las normas establecidas en cuanto a alimentación y tenencia. Quince días después serán ordeñados para obtener el veneno y continuar con las investigaciones adelantadas.

Escorpion-en-luz-ultravioleta.JPG“Uno mira la anatomía de ellos en el estereoscopio y ve una cantidad de unidades que no existen en otros reinos biológicos. Las peinillas que tienen bajo el cuerpo, que son unidades de sensibilidad; son órganos microscópicos, finísimos, que le indican al escorpión el tipo de vibración que sintió (si pertenece a una presa, un depredador o un grano de piedra que cayó). La fluorescencia misma me impacta mucho. He notado que la fluorescencia cambia mucho de una especie a otra. Hay especies donde lo que brilla son los pelitos del cuerpo. Es un fenómeno impresionante de ver”, manifiesta Gutiérrez Galvis.

Este experto en animales venenosos con casi 30 recolecciones en los últimos cuatros años sostiene que una de sus grandes satisfacciones es compartir estos hallazgos con la gente.

“Me gusta mucho hablar con las personas del campo, de los pueblos y contarles todas estas cosas. Al fin y al cabo el objetivo del Instituto es aportar para la salud de la comunidad y si viven en zona de riesgo, pues me gusta contarles estas cosas (...) les recomiendo que pregunten y tengan las luces ultravioleta, que conozcan las especies; la gente es agradecida cuando conoce estas cosas y eso es darles tranquilidad, porque los miedos que tienen frente a escorpiones, arañas y ciertos animales son grandes, pero contándoles cositas, ellos corrigen un poquito el pensamiento y ya no los matan sino que dicen que solo los alejaron. Y eso es un logro”, resalta Gutiérrez Galvis.

Por su parte, Castro Sandoval agrega que “los escorpiones son unos seres maravillosos, tienen la capacidad de adaptarse muy bien, yo creo que incluso hasta muchas de las máquinas que han desarrollado en el tiempo, han tomado como base a estos animales; es un animal muy bonito, fáciles de recolectar y de mantener en cautiverio, realmente es fascinante”.

La producción del antiveneno se encuentra adelantada en casi un 85 por ciento. Los expertos aseguran que, tras cumplir con todos los procesos requeridos para su producción y distribución, se espera que el próximo año se empiece a distribuir en hospitales de todo el país.

Mientras tanto, continúan con las labores de recolección e identificación de estas especies enigmáticas y especiales; de igual forma, continúan reuniéndose con autoridades y con los habitantes de cada rincón del país para borrar cualquier impacto negativo sobre los escorpiones y entre todos mantenerlos a salvo para aprender más sobre ellos.