El Instituto Nacional de Salud realizó la Reunión Nacional de la Red de Sangre Colombia 2025, dirigida a las coordinaciones departamentales, bancos de sangre e IPS con mayor actividad transfusional, con el fin de compartir experiencias, fortalecer el concepto técnico y seguir impulsando la seguridad transfusional en el país. Este encuentro académico tuvo como propósito socializar avances normativos, unificar criterios técnicos y operativos, presentar los principales hallazgos del seguimiento a la Red y fortalecer capacidades que contribuyan a una toma de decisiones orientada a garantizar la seguridad transfusional en Colombia.
Los bancos de sangre son un componente esencial para la salud pública, pues garantizan la disponibilidad, seguridad y calidad de la sangre y sus componentes, recursos fundamentales para la atención de emergencias, cirugías, complicaciones obstétricas, tratamientos oncológicos y múltiples condiciones clínicas que requieren soporte transfusional oportuno. Su labor incluye la promoción de la donación voluntaria, la vigilancia de riesgos y rigurosos procesos de selección, recolección, análisis, fraccionamiento, almacenamiento y distribución, acciones que aseguran productos sanguíneos con mínima posibilidad de transmitir infecciones.
Actualmente, Colombia cuenta con 82 bancos de sangre activos, con amplia capacidad operativa y distribución nacional. En 2024, 26 de ellos captaron más de 12.000 donaciones al año, abasteciendo en promedio a más de 43 IPS; esto los convierte en actores estratégicos para la respuesta ante emergencias y para garantizar equidad en el acceso a hemocomponentes en todas las regiones.
En 2024 se aceptaron 997.115 donaciones, lo que representa un leve descenso del 0,3% frente a 2023, con un 13,1% de diferimientos. La mayor tasa de donación se registró en jóvenes de 20 a 24 años (39,8 por cada 1.000 mujeres y 32,7 por cada 1.000 hombres). El 93,9% de los donantes son voluntarios, de los cuales el 27,1% fueron donantes habituales, un desafío para la sostenibilidad y seguridad transfusional.
En materia de seguridad, el país alcanzó avances significativos: el 48,1% de la información inmunohematológica fue reportada en SIHEVI-INS© por 64 bancos, lo que permitió identificar fenotipos Rh y mejorar la compatibilidad transfusional, especialmente en pacientes multitransfundidos.
La reactividad nacional disminuyó a 2,94%, aunque marcadores como VIH y HTLV permanecen por encima de los niveles de 2018, con mayor prevalencia en donantes familiares. Adicionalmente, 12 bancos implementaron pruebas NAT —aunque no son obligatorias— y lograron detectar infecciones no identificadas por métodos tradicionales, confirmando su utilidad para fortalecer la seguridad.
Desde la perspectiva del sistema de salud, de las 42.957 Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud en Colombia, 653 realizaron actividad transfusional.
En 2024, 8 de cada 1.000 habitantes recibieron transfusiones, con mayor demanda en Santander y Atlántico (más de 11 por cada 1.000) y menor en Vichada (menos de 1 por cada 1.000).
Los adultos mayores constituyeron el grupo con mayor necesidad transfusional: 25 mujeres y 33 hombres por cada 1.000 habitantes.
Las transfusiones se concentraron principalmente en UCI de adultos (29,1%), seguidas de urgencias (16%) y medicina interna (14%). Los consumos más altos por paciente se presentaron en cirugía cardiotorácica (8 hemocomponentes por paciente) y en trasplantes y hematología (6 por paciente).
En términos de disponibilidad, el país cuenta con un inventario promedio de 9.166 unidades de glóbulos rojos frente a una demanda diaria de 6.812, lo que equivale apenas a tres días de reserva nacional. Por ello, es fundamental que los ciudadanos conozcan la importancia social de la donación de sangre y acudan al menos dos veces al año, pues no existe tecnología capaz de reemplazar los beneficios que los componentes sanguíneos aportan a los pacientes que los requieren.
En conjunto, los bancos de sangre no solo suministran insumos vitales para la atención médica, sino que fortalecen la resiliencia del sistema de salud, mejoran la capacidad de respuesta ante emergencias y consolidan la seguridad transfusional del país. No obstante, persisten desafíos clave: aumentar la donación habitual, reducir el descarte de hemocomponentes, mejorar la vigilancia en departamentos con bajo reporte, ampliar la implementación de pruebas avanzadas y garantizar inventarios suficientes para responder a la demanda creciente.
Todo ello reafirma el papel estratégico de los bancos de sangre como pilares indispensables para proteger la vida y la salud de la población colombiana.