En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Biodiversidad, bajo el lema “Armonía con la naturaleza y desarrollo sostenible", el Instituto Nacional de Salud resalta la importancia de la biodiversidad como un pilar fundamental en la prevención de enfermedades y la protección de la salud pública en Colombia.
Colombia, reconocida como uno de los países más biodiversos del mundo, alberga miles de especies únicas y ecosistemas que van desde selvas tropicales hasta páramos. Esta biodiversidad no solo sostiene la vida silvestre, sino también la cultura, la economía y el bienestar de millones de personas que dependen directamente de los recursos naturales para su subsistencia.
Sin embargo, la pérdida de biodiversidad y el deterioro de los ecosistemas están teniendo consecuencias directas sobre la salud pública. La deforestación, el cambio climático, el uso indiscriminado de recursos naturales y la expansión descontrolada de la frontera agrícola no solo amenazan especies y hábitats, sino que también favorecen la aparición y propagación de enfermedades.

“La pérdida de hábitats naturales y la fragmentación de ecosistemas han incrementado la exposición humana a vectores y reservorios de enfermedades infecciosas como la fiebre amarilla, la malaria, el dengue y el chikunguña. Proteger la biodiversidad no es solo una responsabilidad ambiental, sino una medida preventiva en salud pública", comentó Diana Pava, directora general del INS.
El INS, como autoridad científico-técnica, ha trabajado articuladamente con autoridades de salud ambientales con el fin de identificar la repercusión de la contaminación en los diversos componentes ambientales y su repercusión en salud, desde la perspectiva de cambio climático y el análisis de información como la deforestación, los ecosistemas, distribución de primates no humanos, recursos hídricos y salud. Por ejemplo, factores como el clima, la deforestación, la concentración de primates no humanos y el tipo de ecosistema han contribuido al reciente brote de fiebre amarilla en el país, con 83 casos y una letalidad del 44%, concentrados en el departamento del Tolima.

Además, el deterioro de fuentes hídricas y el acceso limitado a agua potable han contribuido al resurgimiento de enfermedades vehiculadas por agua como la hepatitis A y la enfermedad diarreica aguda. Estos problemas evidencian la estrecha relación entre el equilibrio ecológico y la salud humana.
“Conservar la biodiversidad es más que proteger plantas y animales: es asegurar un futuro sano y sostenible para todos. Hoy más que nunca, Colombia y el mundo deben avanzar hacia un desarrollo que no sacrifique la naturaleza, sino que conviva en armonía con ella", afirmó la directora general.