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El Instituto Nacional de Salud, consciente de la importancia de los páramos y de su valor para mantener el equilibrio del medio ambiente y las reservas naturales de agua, priorizó la vigilancia de los eventos en salud pública que pueden registrarse en estos puntos del país.

La directora del Instituto, Diana Pava, junto con el equipo directivo de la entidad, realizó recorridos por algunos páramos del departamento del Tolima, donde se identificaron factores que pueden incidir directamente en la salud de las personas.

Los páramos se ubican entre los 3.000 y 4.500 metros sobre el nivel del mar, lo que conlleva temperaturas bajas, usualmente entre 0 °C y 10 °C, con fuertes variaciones entre el día y la noche. A esto se suma una alta humedad relativa y la presencia frecuente de neblina, además de fuertes lluvias, ocasionalmente acompañadas de granizo, identificadas como factores de incidencia climática. Asimismo, debido a la altitud, estas zonas reciben una radiación ultravioleta intensa.

Las alertas se mantienen activas debido a que los páramos dependen del equilibrio entre la temperatura y la humedad; sin embargo, el calentamiento global está desplazando la línea del bosque hacia zonas más altas y reduciendo las áreas de páramo, lo que afecta su biodiversidad y su capacidad hídrica. Esta situación resulta especialmente preocupante, al reiterar que estos ecosistemas funcionan como verdaderas fábricas de agua, al captar la humedad atmosférica.


Desde la vigilancia realizada por el Instituto Nacional de Salud, se identificaron nueve eventos en salud pública que pueden registrarse debido a las características descritas:

  1. El mal de montaña, cuyo nombre técnico es hipoxia crónica, que se presenta principalmente en personas no adaptadas a estas alturas.

  2. Infección respiratoria aguda, debido a las condiciones de propagación por gotículas, los vientos fuertes, la alta humedad y la susceptibilidad al frío, lo que incrementa los casos de IRA en estos territorios.

  3. Enfermedad por exposición al frío (hipotermia y congelación), dado que pueden presentarse condiciones de hipotermia por la exposición prolongada a bajas temperaturas.

  4. Dermatopatías, asociadas a la exposición a la radiación y a quemaduras, lo que genera una alta susceptibilidad al cáncer de piel u otras enfermedades cutáneas.

  5. Zoonosis, principalmente leptospirosis, debido a los mecanismos de transmisión por el agua, así como agresiones de animales potencialmente transmisores de rabia y brucelosis.

  6. Parasitosis y enfermedades vehiculizadas por el agua; dada la alta capacidad hídrica, pueden presentarse enfermedades como parasitosis intestinales y una alta susceptibilidad a virus transmitidos por el agua.

  7. Enfermedades inmunoprevenibles, ya que las características de los páramos permiten un mayor contacto entre personas y una mayor posibilidad de contagio.

  8. Intoxicaciones, dado que son zonas altamente agrícolas, donde puede presentarse una mayor exposición a plaguicidas.

  9. Enfermedades no transmisibles, que pueden incluir casos de mortalidad perinatal, mortalidad materna y morbilidad materna extrema, debido a las condiciones geográficas que generan barreras de transporte y limitan el acceso oportuno a la atención médica.

De acuerdo con las entidades ambientales, en los páramos pueden vivir entre 500 mil y 600 mil personas.

El Instituto Nacional de Salud mantendrá esta serie de visitas con el fin de fortalecer uno de sus eventos de vigilancia: el cuidado del agua y su calidad para el consumo.


​INS: construyendo salud pública con y desde los territorios.​